martes, 2 de septiembre de 2008

Mi enchastre de migas

Cada mañana, podría decirse que cumplo un rito, el cual consiste en cargar mi taza con tres cucharadas y media de azúcar (media, ni más ni menos), llenarla un 90 % de leche (aquí si hay flexibilidad, puede variar entre 70 y 90 %), para luego colmarlo con café. El revolver puede demorarse hasta terminado el primer o segundo pan con manteca. Luego sí, paso a revolverlo para tomarlo un poco menos caliente. Pero no es esta parte del rito la que quiero destacar, sino la otra parte que apenas mencioné. Es el pan lo que me compete hoy. Por comenzar, su elección no es nada fácil, pues debe ser lo más blanco posible. Consumada la elección, paso a partirlo, primero de la baguette y luego el pan en sí, desparramando y derrochando migas por doquier, con el perdón de mis compañeros comensales. Aunque cada uno está tan compenetrado en cumplimentar su rito, que pocas veces nota, gracias a Dios, el enchastre que hago en este paso del mío. Luego de untar con manteca, comienza propiamente el desayuno. El cual trascurre lo que tarde el último comensal en desayunar, en el peor de los casos. Porque en el mejor de los casos, el desayuno demora lo que dure la entretenida pero poco despierta charla que se desarrolle en este. Los temas usuales son: el partido de ayer, el clima de hoy, el partido de hoy, el clima de mañana y lo rico o feo que está el café, la leche o el pan del día de hoy, aunque éste generalmente es de ayer. Nada despierto porque obviamente estamos recién levantados, por lo cual no pidamos demasiadas ideas luminarias a esta hora del día. A veces alguno nos despabila con algún tema puntual, como puede ser las reglas ortográficas y el “de que”, la importancia del café para las horas primeras del día y argumentos afines. Casi nunca falta el aguafiestas que habla de las clases del día, de los exámenes próximos y temas similares.
A pesar de todo esto, hay veces, contadas con los dedos de los pies, que algún intelectual (o no), propone un tema de conversación robado de alguna otra hora del día. Todavía recuerdo una discusión acerca de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad y su encarnación, en la que el dulce y la azucarera fueron parte de la explicación gráfica de su vida terrenal.

Una mañana de silencio, por “iluminación divina” ya que de otra manera no hubiera sido posible, tuve una idea un poco (simplemente un poco) más vespertina que matutina. Pero como era día de silencio, sólo la pude compartir conmigo mismo.
Como decía, al terminar de desayunar cada uno carga con su taza y algún trasto más hacia la cocina, dejando al último comensal el oficio de sacudir el mantel en el parque, porque como he dicho anteriormente, cada uno arma un enchastre de migas a su alrededor. Esto es lo que motivó mi idea. Pues, así como Dios provee de alimento a los pájaros del campo, utilizándonos a nosotros y a nuestro enchastre de migas como instrumento y refrigerio respectivamente, Él cuida de nosotros. Incluso, innumerables veces lo hace sin que nosotros mismos nos demos cuenta. Si yo puedo recordar algunas de las veces que fue providente conmigo mismo o con otros, no debe entrar en mi cabeza (y eso que es grande) la cantidad de veces que no tome nota de su Divina Providencia.
Es así como deambulamos, sin darnos cuenta que es Él quien nos va guiando y proporcionándonos todo aquello necesario para nuestra vida y para nuestra santificación. Pues como todo padre que cuida de sus hijos, Él vela por nosotros. Dios es Padre. Dios es bueno. Bueno es todo lo que Él hace. Esto debe iluminarnos también ante los males. Pues, si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?
En mi caso, espero cada día poder hacer más enchastre, para que, mediante las migas de pan, pueda ser instrumento del Padre providente, y no sólo proveer a los pájaros de alimento sino también a los hombres de alimento espiritual. Y algún día, si mi Padre lo dispone, también poder partir el Pan pero para darlo a los demás.

2 comentarios:

Persequentes res maxima dijo...

Si usted es un cavernicola informático y quiere dejar un comentario aquí, como este haga click en la palabra comentarios. Gracias.

Anónimo dijo...

Muy bueno el texto.Realmente interesante, refleja fielmente tu forma de vida y a su vez, deja al lector una enseñanza y un aprendizaje.Me gustó mucho.

Saludos!
Tu protegida.